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miércoles, 4 de enero de 2017

Amor propio

Mat. 22:39, “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. Para poder amar al prójimo primero se tiene que amar a sí mismo. Jesús no dice, “amarás a tu prójimo en lugar de amar a ti mismo”, sino “como a ti mismo”.









   El Amor propio es un elemento importante para que cualquier persona lleve una vida satisfactoria, la base es la familia. Algunos profesionales señalan que el entorno familiar en donde el amor propio de los padres es escaso eso mismo le van a transmitir a sus hijos.

   Conforme se crece, la seguridad, el valor, respeto y satisfacción de uno mismo que es como se le define al amor propio y autoestima, deben estar vinculados con el autoconocimiento. Esto significa saber cuáles son tus cualidades y fortalezas pero también tus defectos y debilidades. La falta de amor propio en la crianza se manifiesta como maltrato, distancia emocional y/o física, crítica excesiva, descalificación o indiferencia. El niño aprende que sus sentimientos y necesidades no tienen mayor importancia para los seres que sí son los más importantes para él.

   Luego de pasar el proceso descrito el ser humana crea una especie de escudos emocionales que supuestamente vienen a fortalecer esas murallas que son creadas para su defensa, pero que en realidad lo que hacen estos organismo de defensa es bloquear a lo que soy vulnerable y de esa manera poder identificar mis debilidades. ¿Y cómo puedo superar mis debilidades si no la conozco?

   Un grupo de especialistas coinciden en algunos hábitos de las personas con poco amor propio o con problema de autoestima los cuales vamos a identificar:

  •   Descalificarte

Lo que tú haces
   Cuando eres tú quien habla mal de sí mismo, no te estás haciendo ningún favor. No es señal de humildad, ni de reconocimiento de tus errores. Es un mecanismo que revela una suerte de autosugestión.
Lo que tú deberías de hacer
 Pero tú eres mucho más que todo aquello que te dijeron. Tienes muchas virtudes y potencialidades por descubrir, tan solo tienes que comenzar a aceptarte y quererte para verte más allá de los ojos de los demás.
  •  Dar crédito absoluto a lo que otros dicen


Lo que tú haces

    Puedes sentir que los demás “saben más”, o “entienden mejor”, o “tienen más autoridad” para decir o hacer. Muchas veces no te detienes a evaluar si lo que dicen o hacen los demás es correcto, te basta con que sean ellos los que digan o hagan.

Lo que tú deberías de hacer
   Si te detienes un poco a pensar, puede que descubras que no es así. Trata siempre de conectarte con tu verdadera percepción y dale valor a lo que encuentres.

  •  Victimizarte

Lo que tú haces
   Es posible que, ante las dificultades, tu respuesta sea la de sentir lástima de ti mismo. Te percibes como un niño impotente que debe resignarse a las situaciones negativas, sin poder hacer nada al respecto.

Lo que tú deberías de hacer
   No has descubierto que cuentas con recursos para enfrentar situaciones adversas. Que lo importante no es lo malo que ocurre, sino cómo lo recibimos y qué curso le damos. Si dejaras de lamentarte por ti mismo y te dedicaras a pensar en soluciones, descubrirías que incluso los peores momentos son también grandes oportunidades.

  • Exigirte más de la cuenta

Lo que tú haces
   Quien tiene poco amor propio tiende a ver la vida en términos de modelos ideales. Le cuesta proponerse objetivos modestos y valorar los logros obtenidos. Siempre está pensando que debe alcanzar más y que lo conseguido, tal vez no es importante. Es una trampa inconsciente para quedar siempre en deuda contigo mismo.

Lo que tú deberías de hacer
   Si no tienes amor propio, nada de lo que hagas te será suficiente ni valorable. Tus éxitos no valdrán nada en comparación con los logros de los demás. Pero no te equivoques, si no comienzas tú mismo por valorarte, no le será tan fácil a los demás. Además, ¿cómo vas a llegar a apreciarte, si no eres capaz de aplaudirte cuando avanzas?

Amor propio y Autoestima
   Pienso que el amor propio nace de una mezcla de la sed de superación del ser humano, el egoísmo y el orgullo.

   La autoestima  es la percepción  que yo tengo de mi mismo.

   No digo que estas definiciones sean correctas, solo planteo desde mi punto de vista cada uno de los conceptos.

   Y como cada enfermedad tiene su medicina aquí te dejo los hábitos que me parecieron más interesante para trabajar el autoestima y el amor propio.

Respétate a ti mismo
   Si no eres capaz de respetarte a ti mismo ¿cómo podrás respetar a los demás? Es totalmente imposible. Pero ¿cómo podemos respetarnos a nosotros mismos?

   En primer lugar, debemos darnos cuenta de nuestras necesidades y de nuestros valores y satisfacerlas. No debemos quedarnos siempre en segundo plano y satisfacer primero a los demás. Pues si no sabemos satisfacernos a nosotros mismos probablemente lo estemos haciendo mal.

Aceptación
   Aceptarse a uno mismo es muy importante si quieres vivir tu vida. Si no es así, vivirás siendo una copia de la vida de los otros. ¿Acaso quieres vivir en una mentira?

   Tu vida tiene que ser original, tuya. No trates de ser igual a los demás, de tener una vida similar. Quizás pienses así porque aparentan perfectas, pero ¿realmente es así? Aprende a amar tu vida, a aceptarte. Solo de esta manera, podrás vivir feliz y en armonía.

Reconoce tus errores
   Si no reconoces tus errores, vivirás toda tu vida excusa tras excusa. Esto no hará más que provocarte un gasto de energía enorme.

   Aprende de tus errores. Plántate enfrente del error y la excusa y asúmelos. ¿Dónde has errado? ¿Qué ha pasado? No lo esquives con excusas y aprovéchate de ello para aprender y mejorar como persona. Los errores no nos hacen débiles ni vulnerables. ¡Todo lo contrario! Nos hacen fuertes y nos ayudan a estar preparados ante errores futuros.


Cuidado con tu voz crítica
   Ser críticos con nosotros mismo no es malo, pero ¡ten cuidado! A veces esa voz crítica que vive en ti puede destruirte. Para ello, tú tienes que destruirla a ella.

   Cuando nuestra voz crítica es negativa, desalentadora y nos impide avanzar debemos pararle los pies. ¡No nos está haciendo ningún bien! ¿Sabes cómo destroza tu autoestima tu voz crítica?

   Nunca lo harás bien. Una frase que nuestra voz crítica susurra bajito. Cuando aparezca piensa. ¿Y yo qué sé si nunca lo haré bien? ¿Lo has intentado? ¿Has fallado? Como si tienes que chocar contra el muro una y otra vez hasta aprender. Si quieres algo, esfuérzate para lograrlo. Acalla tu voz crítica actuando.

   Eres peor que él/ella. Nadie es peor ni mejor, ¡somos diferentes! Lo mejor es ver cómo nos podemos complementar o ayudar en el trabajo que estamos realizando. Jamás te compares con los demás. Aprende, esfuérzate y sé tú mismo. Eres único y original, diferente al igual que los demás.

   No le gusto a esa persona. ¿Estás seguro? ¿Se lo has preguntado? Puede que estés captando de forma incorrecta las señales. Y además, si no le gustas ¡qué más da! No es el fin del mundo, ¿verdad? Todo se puede superar, no hagamos un drama así sin más.

No busques la aprobación ajena
   Un error muy común es buscar siempre la aprobación de los demás. Esto solo es una muestra de una tremenda inseguridad.

Aprobación
   ¿Por qué debo ponerme aquello para que los demás no me vean mal?
Las decisiones importantes ¿cuánto menos diferentes mejor serán? No busques satisfacer a los demás. Si tienes una opinión contraria ¡manifiéstala! Ten en cuenta que si los demás no te aprueban es porque tú lo consientes.

   Sé firme en tus decisiones y con cómo actúas y piensas. Los demás nunca estarán de acuerdo en todo, piénsalo bien ¡sé tú mismo!

   Lograr la aprobación de los demás, pensar que no somos mejores que el resto, excusarnos sin parar, no decir lo que pensamos… ¿Te suena, verdad? Esperamos que esto te ayude a ser más feliz y llegar a donde tú desees. Solo tú y nadie más.




La vida: Es un viaje donde todos tenemos la posibilidad de ser o no ser, un espacio donde se nos brinda la oportunidad de disfrutar la mas grande aventura.

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